Urbanismo, jueces y transparencia

“Calma y responsabilidad”, titulábamos este editorial hace ahora justo un año, cuando acababan de descorrerse las cortinas de la grave situación sanitaria provocada por la pandemia en la que ya nos hallábamos inmersos. Han pasado muchas cosas y casi todas desgraciadas en estos 12 meses, pero la llegada de la vacuna nos hace agarrarnos a la esperanza de que está cerca el momento en que la crisis sanitaria amaine, si bien aún permanecerá el drama social y económico, y no serán más fáciles.

El covid-19 ha acaparado la mayoría de las noticias durante este tiempo, si bien más allá del virus, el distrito no ha parado de dar motivos informativos, tal y como pueden leer en este número. Entre ellos, uno positivo –ya era hora–: las obras de la futura piscina y pista polideportiva de Cea Bermúdez concluirán antes de fin de año, según anunciaba hace unos días el Área de Obras del Ayuntamiento. Tras años de espera y varios retrasos e imprevistos, en breve los chamberileros podrán disfrutar de su nuevo equipamiento, la principal inversión municipal en el distrito para este ejercicio.

En el otro extremo, estos días también se ha conocido el fallo del Tribunal Supremo contra el Plan Parcial de Reforma Interior de la parcela donde se ubicaba el Taller de Precisión de Artillería, y en la que hoy se ultiman los trabajos de construcción de 450 viviendas promovidas por la cooperativa Residencial Maravillas.

La sentencia, que obliga a redactar un nuevo plan, mantiene la exculpación por cuestiones patrimoniales del derribo llevado a cabo en 2017, pero señala la inexistencia de reserva de espacio para viviendas protegidas como principal motivo para anular el planteamiento, tal y como ya había expuesto el TSJM en 2019. Dos años antes, el Consistorio había aprobado un acuerdo que modificaba el convenio inicial para que la cooperativa compensase con más de 41 millones la “imposibilidad de materializar la cesión del 10% del terreno” para uso dotacional, si bien el alto tribunal ha vuelto a rechazar tal pacto, refrendando la postura del TSJM. Esta anulación inicial no impidió que los trabajos continuasen y ahora tenemos un edificio casi terminado y en situación de limbo legal.

No es un episodio aislado, en los últimos tiempos el distrito ha visto con estupor cómo los jueces paralizaban planeamientos aprobados por la Corporación municipal en las Cocheras de Cuatro Caminos o el frontón Beti Jai –por no hablar de Madrid Central–, en una “judicialización” constante que retrasa los desarrollos y tiñe de inseguridad el urbanismo madrileño y de desconfianza la mente de los vecinos.

Unos vecinos –más de un centenar de ellos– que el mes pasado salieron a protestar por la no renovación de la cesión del espacio a la Casa de Cultura de Chamberí, tras cuatro años de labor en el distrito. El concejal-presidente insiste en pasar página con justificaciones evasivas y sin explicar qué ignoto proyecto tan esperado por el distrito es el que le ha llevado a tomar la decisión. La transparencia, en estos tiempos, es un deporte que se comenta mucho y se practica poco. Y años después, los que acaban hablando son los jueces. 

  Votar:  
Resultado:0 puntos0 puntos0 puntos0 puntos0 puntos
  0 votos

Deje un comentario

Para dejar su comentario identifíquese o regístrese.