TRIBUNA: ¿Qué es lo que el troll no entiende?

Soy de la Asociación de Vecinos El Organillo desde hace decenas de años. He participado en muchas organizaciones sociales, políticas y de voluntariado de todos los colores. En todo lo que se ha movido en Chamberí. Formar parte de El Organillo es una de las cosas de las que me siento más orgullosa. Este comentario lo escribo a título personal para contar que la asociación tiene sus trolls, sus odiadores particulares. El troll está bastante desocupado. Tiene tiempo para seguir a la asociación y a sus amigos y poner comentarios contra ellos. 

Uno de estos odiadores está muy cabreado, porque El Organillo encabezó la movilización vecinal contra el experimento que en 2017 la Junta de Chamberí propuso para desviar el tráfico en 50 metros de la calle de Galileo. El trol, aunque él piense que es un experto, debe tener escaso conocimiento de lo que llamaron “Despacio Galileo” y demuestra poco respeto a las decisiones municipales y a la opinión de los ciudadanos. 

La obra de Galileo se hizo como “una instalación experimental, evaluable a los seis meses y reversible”. Es evidente que fue un experimento, desconozco si se evaluó –si se hizo, no fue con la participación ciudadana– y se ha revertido.

La instalación fue criticada por los vecinos desde el momento en que el concejal de entonces la dio a conocer (que no la consultó). Un numeroso grupo de vecinos se agrupó en torno a la asociación para pedir que no se hiciese. Nos opusimos a ella durante su ejecución; ejecutada, pedimos la reversión que conseguimos parcialmente; lo llevamos al Pleno de la Junta y del Ayuntamiento. También hubo un movimiento que estuvo a favor de la obra.

El trol acusa a El Organillo de que se hizo fotos con un partido. El trol miente por mala fe o por ignorancia. En aquel movimiento, como en cualquiera vecinal, no están representados los partidos, lo que no quiere decir que no haya personas que sean de partidos. Leer un poco de la historia del movimiento vecinal le haría mucho bien al trol.

Del numeroso grupo de vecinos que se movilizó por la reversión de Galileo, la inmensa mayoría era residente de la zona. A nadie se le pidió el domicilio ni la filiación política. El movimiento vecinal atiende las reivindicaciones, sin preguntar a qué partido votan. El problema de la vivienda, los pisos turísticos, la ocupación del espacio público por terrazas, el ruido, la suciedad, el deterioro del medio ambiente, la pobreza, la escolarización de nuestros hijos, la convivencia… nos afectan igual, votemos a quien votemos. ¿Qué es lo que el trol no entiende?

De aquella movilización hubo quien intentó sacar rédito electoral. No solo de un lado. Afortunadamente, el movimiento vecinal es plural y respeta todas las opciones. Quienes participan en él tendrán sus preferencias individuales. Cuando nos acercamos a una asociación vecinal nadie pregunta de qué partido se es o a quién vota. Solo se escucha el problema y, si está en su mano, se presta apoyo si considera que la reclamación se ajusta a sus funciones. Esta forma de atender a la ciudadanía es parte del éxito de decenas de años de trabajo del movimiento ciudadano.

Es evidente que el trol no entiende nada. Hace su trabajo de trol: es decir, desde la cobardía del anonimato intenta la difamación, el insulto, la calumnia, de quienes con mayor o menor acierto, y siempre con la mejor voluntad, dan la cara en defensa de sus conciudadanos. 

Pilar Rodríguez, vecina de Chamberí.


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