Marta Sanz: “Las escritoras tenemos que quitarnos el complejo de que lo que contamos no es interesante”

La autora acudió a Chamberí, invitada por la Asociación Nosotras Mismas, para celebrar el Día de las Escritoras

El pasado viernes 15 de octubre, la asociación feminista Nosotras Mismas celebró un evento en la Biblioteca Pública José Luis Sampedro con la autora Marta Sanz para homenajear el Día de las Escritoras. Una efeméride que siempre se festeja en España el lunes más cercano al 15 de octubre, festividad de Santa Teresa. Esta iniciativa comenzó a promoverse por la Biblioteca Nacional, en colaboración con la Federación Española de Mujeres Directivas, Ejecutivas, Profesionales y Empresarias (FEDEPE) y la Asociación Clásicas y Modernas, con el objetivo de reivindicar la labor y el legado de las mujeres escritoras en la Historia.

En la charla, además de la escritora Marta Sanz, intervinieron Sara Díaz, presidenta de Nosotras Mismas, Carmen Jiménez, profesora del club literario de la Asociación. Tras el coloquio, Sanz respondió algunas preguntas del público.

“Las historias de mujeres son igual de universales”

Sanz defendió que las metáforas no son inofensivas y que la literatura es totalmente permeable a la cultura dominante. Pese a ello, no está de acuerdo con la teoría de la cancelación, pero considera que debe haber un análisis más profundo por parte del lector. “La literatura no tiene por qué ser edificante. Leer libros no nos convierte en mejores personas. Eso dependerá de qué leamos y cómo lo leamos. Para ser buenos lectores hay que ser valientes”. Argumentó con firmeza la escritora.

Cuando le preguntan por lo explícito de sus textos, ella contesta que las mujeres han sido representadas a lo largo de la Historia por nuestro cuerpo: “el cuerpo del deseo”, “el cuerpo como recipiente creador de vida”, “la femme fatale, etcétera. Por eso, cuando una mujer escribe, sus textos están repletos de elementos sensoriales”. Aunque cada una tenga su propio estilo.

El nombre de Marta Sanz como novelista saltó a la fama al quedar finalista del Premio Nadal en 2006, con Susana y los viejos. Después fue semifinalista en el Premio Herralde (2009) con Black, Black, Black (2010), una novela negra con un detective homosexual como protagonista, que terminaría por convertirse en una trilogía. O Daniela Astor y la caja negra, que ganaría tres premios consecutivos: El Premio Tigre Juan, el Premio Cálamo y el Premio Estado Crítico.

También ha escrito ensayos como Monstruas y Centauras; además de cuentos, poesía, artículos de viajes u opinión. Actualmente colabora en varios medios, como el suplemento cultural de El País, Babelia, en la revista Mercurio, o en la página La tormenta en un vaso.

Sanz criticó el estado de multitarea permanente en el que vivimos y la lectura epidérmica que no profundiza en ningún tema, para terminar con la siguiente idea: “Las mujeres que escribimos tenemos que quitarnos el complejo de que lo que contamos no es interesante. Nuestras historias también son universales. Y estamos en un momento muy bueno para reivindicarnos”.