Tras conocer los resultados de las últimas elecciones municipales, en 2015, un amigo tuitero me aseguró que el PSOE madrileño no daría su apoyo para la alcaldía a Manuela Carmena a cualquier precio: «O gratis o nada», se cachondeó. Cómo las clavaba mi añorado Almirante. Ocurrió así, y eso que quien brindó esa investidura fue el entonces ubicuo Antonio Miguel Carmona –apenas ya una tenue silueta como la del padre de Marty McFly en aquella fotografía: vae victis–. Hoy, al lado de Purificación Causapié, Carmona parecería un rottweiler.
No quiere esto decir que la oposición socialista durante este tiempo haya sido tranquila para Ahora Madrid –ahí está la labor de concejalas como Mar Espinar o Mercedes González, por poner dos ejemplos–, pero sí que las cucamonas del PSOE hacia la formación de Carmena se han multiplicado en los últimos meses. Tanto parece gustarles a los socialistas madrileños el equipo de gobierno que incluso se plantearon fichar a la alcaldesa como candidata para los próximos comicios municipales, que viene a ser como si, para ganar algún día la Champions League, el Atleti pensase en pagar la cláusula de Florentino Pérez.
Resulta obvio que “el nuevo escenario político”, ese mercado persa, ha influido también. Hasta el secretario general del PSOE en la Comunidad de Madrid, José Manuel Franco, admitía hace unas semanas que desde la moción de censura que catapultó a Pedro Sánchez hasta La Moncloa, se ve «con mejores ojos cualquier proyecto que venga de Podemos o de Ahora Madrid». Habrá que ir repartiendo esas pupilas a los portavoces de los distritos, digo yo.
Eso sí, también aseguró que no les temblaría el pulso «para decir no» si no les satisfacían las cuentas municipales que presentaba Carmena. Y aquí está la prueba: aprobadas en poco más de un mes. Debe de ser la primera vez en la historia municipal de las negociaciones de Presupuestos que se tarda más tiempo en conseguir el apoyo de los propios concejales en el gobierno que el de los de la oposición. Que los socialistas hayan conseguido incluir 20 enmiendas en las cuentas de Ahora Madrid –por un valor de unos 30 millones– cuando el año pasado fueron nada menos que 144 –por más de 100 millones– sólo puede deberse a una razón: que la alcaldesa hace cada vez mejor las cuentas. Claro, que igual habrán pensado que, si luego no se va a ejecutar lo acordado, para qué molestarse en enmendar nada. Y en mayo, que regatee Pedro.
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