David de Calle: “He buscado los puntos de unión: una mezcla de seda tailandesa con volantes españoles” (VIDEO)

Hay combinaciones que, a priori, parecen imposibles. Como comerse un cocido madrileño con palillos o bailarse un chotis al ritmo de un gong. Requiere un enorme talento y una visión privilegiada para eso que tan de moda está de un tiempo a esta parte: la fusión. Fusión de artes y culturas, de costumbres y países, de estilos de vida y personalidades. Tarea sumamente complicada, pero no inalcanzable, como demuestra David de Calle, un joven diseñador que desde Majadahonda planea su asalto a la capital tailandesa, Bangkok. Ganador de la primera edición de los ‘Spanish Thai Fashion Awards’, este virtuoso de la moda ha sido capaz de demostrar que con aguja e hilo es posible coser diferentes culturas y formar un bonito patchwork con lo mejor de cada país.

David de Calle se describe como un aventurero. “Me gusta embarcarme en aventuras, a veces completamente a ciegas. ‘Saetra y Manta’, la colección con la que gané los ‘Spanish Thai Fashion Awards’, nace de ese espíritu ávido de nuevas experiencias. Me llamaron de IADE, donde he realizado mis estudios, y me hablaron de este nuevo concurso que había salido. Así que no me lo pensé dos veces: me desplacé hasta ahí y vi todos esos tejidos maravillosos, esa enorme variedad de sedas impresionantes, y lo tuve clarísimo. Quería formar parte de aquello, aunque en ese momento mis expectativas de terminar ganando eran bajísimas”. Expectativas o no, David se impuso a más de 200 colecciones y fue coronado por la Fundación de Su Majestad la reina Sirikit de Tailandia. Y lo hizo, además, con un estilo que aunaba lo mejor de cada casa.

“La idea era coger un tejido de una cultura y una idea de otra y fusionarlo para crear un concepto que unifica esos dos países, mucho más relacionados de lo que pensamos. Así nace esta fusión tan flamenca, pero con sedas tailandesas”, explica el diseñador. En su colección, junto a los blancos, negros y rojos, destaca la presencia del gualdo. Un color presente tanto en la bandera española como en las túnicas tailandesas: “He buscado los puntos de unión”, cuenta David de Calle, “una mezcla de seda tailandesa con volantes españoles, un cruce fantasioso entre la algarabía española, con sus lunares y flecos, y la serenidad tailandesa”.

Para esta colección tan especial y vistosa, David de Calle ha contado con la imprescindible colaboración de las mujeres de Lal La Buya, comandadas por su presidente Sergio Gallardo: “Ha sido un placer inenarrable contar con su talento e imaginación. No sólo han ayudado con la confección, sino que quise otorgarles una libertad absoluta a la hora de elaborar los patrones e introducir los cambios que creyeran convenientes. No me gusta ese rol de diseñador tiránico que impone sus ideas con rigidez. Quiero que la gente que colabora conmigo tenga una voz y se sienta partícipe en la creación, porque sólo así sale a relucir el verdadero potencial artístico de todas las partes involucradas”.

A un paso de renunciar

El triunfo de David de Calle en los ‘Spanish Thai Fashion Awards’ no es el primero de su aún corta carrera. Hablemos de Pielofobia, su primera colección, que se alzó con la victoria en el ‘Mallorca Design Day’. Aquella colección supuso una presentación en sociedad, marcada por una experiencia personal que a punto estuvo de hacerle renunciar a sus sueños. “En segundo de carrera padecí una fuerte agorafobia”, nos cuenta el diseñador: “Tuve un año en el que no pude abandonar mi casa y estuve a punto de dejar los estudios. En esos momentos necesitas que alguien te coja del brazo y te diga que sigas adelante, que creas en tu propia valía. En mi caso fue mi familia, a quienes no puedo agradecer lo suficiente todo el apoyo prestado”. De ahí nace Pielofobia. “Fue mi forma de abrirme en canal y echarlo todo fuera. Pielofobia habla del miedo a la piel de los demás, ese miedo a salir a un mundo aparentemente peligroso. Pero no importa quién seas ni de dónde vengas, todos somos uno y todos somos iguales”.

Aquella colección suponía un fuerte alegato en defensa de nuestra piel, nuestra persona. La preponderancia de gasas y transparencias alzaba su discurso más allá de la pasarela, era un mensaje a la sociedad: no nos encorsetemos, hagámonos transparentes. “Siempre intento mover conciencias”, explica David. “En Pielofobia había mucho volante y tejido deshilachado, porque no somos perfectos y tampoco es bonito que lo seamos. A lo mejor es como yo veía el mundo en aquel momento. Hay caos, pero el caos puede transformarse en algo bello”.

De Calle se guía más por las emociones que por las tendencias. “Al final, las emociones son tendencia”, dice. “Vivimos en un mundo hiperconectado, constantemente entregados a las redes sociales. Al final, nos olvidamos de nosotros. La moda la utilizo como mecanismo de reeducación, una defensa de las relaciones humanas y el conocernos, abrirnos, mostrarnos. Pienso que uno debe vestir acorde a sus sentimientos”.

David de Calle tiene previsto viajar próximamente a Málaga, donde competirá en un certamen de jóvenes diseñadores con un vestido de novia, y a Getxo Moda, donde mostrará ‘Saetra y Manta’ antes de viajar a Bangkok. Su talento echa a andar y no parece que haya frontera que pueda frenarle. Un talento, no lo olvidemos, forjado en España. “Hay que defender el talento que existe en España. Que los jóvenes artistas, de cualquier rama, no tengamos que salir fuera para que nos valoren. Es imperativo que las empresas y los proveedores apoyen el talento local, que confíen en nosotros y nos den alas”.


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