Soy una residente en Chamberí, desanimada por la cantidad de suciedad de los perros en las aceras. En un barrio que es, en su mayor parte, muy agradable para vivir, el comportamiento es francamente antisocial.
Por ejemplo, hace unos días vi a una mujer con muletas y había suciedad de perro en su camino hacia el paso de peatones, en la calle de Álvarez de Castro, y pude ver que ya lo había pisado y se había ensuciado.
Ese mismo día, otro ejemplo, en el Parque de Santander he encontrado excrementos en el hermoso sendero. Esto ocurrió mientras los jardineros trabajaban arduamente para cuidar los caminos y los parterres y embellecer el parque. Desgraciadamente, podría dar muchos más ejemplos, pero solo las experiencias de ese día me han impulsado a escribir hoy.
Me pregunto si han tratado este tema en su periódico. Si no es así, gracias por considerar este tema, ya que tiene repercusiones en la salud pública (su cobertura informativa sobre el comportamiento antisocial en torno a las zonas de basura y reciclaje ha sido excelente). Atentamente.
Kathryn Díaz
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