2020: Pónganse a trabajar

Arrancó este 2020 y lo hizo al fin con nuevo presidente del Gobierno, tras las dos elecciones generales celebradas el pasado año. Las tres Administraciones, central, regional y municipal, han dejado pues de estar “en funciones”, lo cual es en sí mismo un avance, pese a que los distintos grados de imprevisibilidad en las alianzas de todas ellas no auguren una estabilidad compacta para toda la legislatura.

En lo que atañe a Madrid, 2019 terminó con la aprobación de los nuevos Presupuestos Municipales. Una aprobación en la que todo salió a pedir de boca de la coalición PP-Cs que gobierna el Ayuntamiento, que no necesitó del apoyo de Vox –que se abstuvo–, pues la ausencia de una edil de Más Madrid –Inés Sabanés, que días antes había entregado su acta de concejal para dar el salto al Congreso como diputada de Más País–, bastó para desequilibrar la balanza a favor del equipo de Gobierno, lo que provocó el monumental enfado de Más Madrid y PSOE, que incluso abandonaron el Pleno. Un “pataleo”, no obstante, que no tapa la torpeza y la imprevisión del grupo municipal más numeroso del Pleno, que no supo organizar el relevo de una de sus concejales, y que deja tocado el ya mermado proyecto con el que se presentó a las elecciones hace menos de ocho meses.

Sea como fuere, Madrid tiene nuevos presupuestos, y habrá que ver de qué manera llega éste para mejorar el distrito. Un Chamberí que tiene cuentas pendientes que saldar y para el que se anuncian futuros equipamientos –una escuela infantil, otra de música y un nuevo espacio deportivo– que habrá que ver cómo se concretan. Pero el nuevo equipo de Gobierno también tiene sobre la mesa tareas por resolver en proyectos como las Cocheras de Cuatro Caminos o el antiguo Taller de Artillería, cuyo plan fue anulado en los tribunales, pese a que las obras avanzan a buen ritmo; el Beti Jai, con un proyecto igualmente echado atrás jurídicamente; la piscina cubierta de Cea Bermúdez, o la manera en que se implementará “Madrid 360” o se mejorará la limpieza de unas calles que ya llevan sucias demasiado tiempo.

No podemos terminar este primer editorial del año sin referirnos a lo sucedido en los dos primeros plenos de distrito de esta legislatura, saldados con alborotos y expulsión de varias vecinas –en el primero– y abandono –en el segundo– de los grupos de oposición, tras ser insultados. Una imagen triste de Chamberí que incluso llegó hace unos días a debatirse en el plenario del Ayuntamiento. Aquí debemos recordar que el concejal-presidente del Distrito, como máxima autoridad chamberilera, tiene el deber de actuar para que ni se insulte ni se trate de amedrentar a los representantes de todos en el salón de la Junta Municipal. Y en cuanto a los alborotadores y críticos, saber que ningún favor hacen al barrio boicoteando la asamblea donde se debaten los beneficios para todos. 

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