Tras un mes de julio en que nos despedíamos de los vecinos desde estas líneas con unas gráficas esperanzadoras y deseos de que la “vida normal” fuese regresando poco a poco a nuestras calles, hemos aterrizado este septiembre con unos nubarrones en el horizonte estadístico y nuevas medidas que restringen las relaciones interpersonales y acotan la actividad económica y lúdica. En esta situación, el regreso a aulas y trabajos se presenta oscuro e incierto cual reinado de Witiza. En palabras de la presidenta regional, Isabel Díaz Ayuso, “serán días difíciles y anómalos”. Días difíciles que creíamos ya superados y durante los que quizá la ciudadanía se confió, pero quien lo hizo sin ninguna duda fueron los poderes públicos que debieron –una vez más– protegernos adecuadamente.
Resulta improbable que el trágico escenario vivido en marzo y abril pueda repetirse, lo cual no indica que lo que venga vaya a ser leve. Tampoco reconforta que Chamberí sea por el momento uno de los distritos con menor incidencia del virus en esta segunda ola, porque si algo hemos aprendido es lo absurdo que resulta reforzar las territorialidades en una pandemia. Con la vuelta al cole, en apenas una semana comenzará a verse el comportamiento de la tristemente famosa “curva”, y esperemos que las medidas tomadas por el Ejecutivo regional atemperen un crecimiento que casi seguro se producirá. La educación, como la actividad económica, no pueden parar, y habrá que acostumbrarse a que ambas convivan con el virus, con el menor daño posible, hasta que podamos librarnos de él.
Entretanto, el verano nos ha dejado algunas noticias para el barrio de las que les damos cuenta en estas páginas, comenzando por la largamente esperada licencia municipal para iniciar las obras que convertirán el Tercer Depósito en un gran parque. El proyecto estrella del distrito ha tenido que esperar dos años y medio desde que la Comunidad de Madrid lo presentara a bombo y platillo hasta obtener la luz verde del Ayuntamiento, y aún tardará al menos otros dos años en hacerse realidad.
En cuanto a las obras que sí han empezado destacamos los trabajos de mejora y acondicionamiento que varias calles y algunos colegios públicos del distrito han acometido durante el verano, o los que se llevan a cabo en los Jardines de Enrique Herreros. Una lástima que la finalización de estos, prevista para octubre, no llegue a tiempo para que los alumnos del Colegio San Cristóbal puedan aprovechar este espacio como alternativa a sus instalaciones en este incierto inicio de curso.
Por último, destacamos las quejas sobre el escaso aprovechamiento del Estadio de Vallehermoso vertidas por un experto en atletismo como Guillermo Ferrero, que denuncia una gestión municipal con “con medidas desconcertantes y que carecen de sentido”, justo cuando se ultima la decisión de dejar la gerencia del Estadio en manos privadas. Con todo, les deseamos un buen regreso en este septiembre, en el que ojalá el virus no vuelva a ocupar todo el espacio en la actualidad chamberilera. Cuídense ustedes y los suyos, porque esa será la mejor forma de cuidarnos entre todos.
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