Llega diciembre y ya están los medios apresurándose a hacer balance de lo acontecido a lo largo del año, que ya es masoquismo. Hasta las redes sociales preparan para los más perezosos un clip con las imágenes y vídeos de todo lo que has viajado (ja), de todo lo que has comido y de todo lo que has fardado durante estos 12 meses y que casi nadie ha visto, ni le importa. Reconozco que a mí me gustan estas cosas, pero la mayoría de los años se me echa el tiempo encima: espero y espero a prepararlas por si en el último momento surge el acontecimiento que cambia el signo del año y, cuando me quiero dar cuenta, estamos a 3 de enero y la gente está hablando del futuro, y de que si la cuesta de enero o que este año sí o sí van a ir al gimnasio. Porque antes la moda era decidir apuntarse, pero ahora ya están apuntados todos, solo que van la mitad.
Con todo, el resumen que más disfruto es el de las tendencias de búsqueda de Google, ese retrato hiperrealista de en lo que nos hemos convertido. Este año algunas de las palabras más buscadas han sido “apagón”, “flotilla” o “labubu”, y entre los personajes más rastreados están el nuevo Papa, Lalachús e Ilia Topuria, seguidos por la ya sempiterna pregunta de “quién es Andy y quién es Lucas”, que parece más sencillo diferenciar a los Hernández y Fernández de Tintín que a estos dos.
También están los curiosos que preguntan “por qué suenan las tripas” o “por qué se pegan los bostezos” –que no descarto haber buscado yo mismo alguna vez–, los que buscan y comparan, según el catecismo de Manuel Luque: “¿Es mejor el diesel o la gasolina?”, “¿el retinol o el retinal?” –aunque este último me parece una coña marinera– . Y luego están los directamente supervivientes, que desean saber “cómo hacer fuego con dos palos” o “cómo hacer caca en el trabajo”, respuestas valiosísimas en todo caso.
Otros términos cuyo significado han buscado masivamente han sido “woke”, “nuda propiedad” o “FOMO”. Este último –yo también he tenido que buscarlo– se refiere a esa ansiedad que nos entra cuando vemos en las redes que los demás están “disfrutando de más experiencias” que uno mismo, que apenas pasó unos días en Benidorm y un fin de semana en Consuegra. Porque por muy bien que tengas el tránsito, a ver qué resumen va a salir de ahí.



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