La Plaza de Olavide modifica su proyecto de reforma y prescinde de las farolas fernandinas

Los cambios están orientados a mejorar la calidad estancial en la plaza


La Junta Municipal de Chamberí ha solicitado modificar la redacción del proyecto de reforma de la Plaza de Olavide, cuya finalización está prevista para primavera, para “incorporar las demandas de vecinos y asociaciones”, según ha explicado el concejal-presidente del distrito, Jaime González Taboada. Los cambios están encaminados principalmente a mejorar la calidad estancial en los espacios de acceso a la plaza, mediante la ejecución de “zonas ajardinadas, tanto en las calles de nueva peatonalización como en las ya peatonalizadas”.

Así, la modificación incorporará respecto al proyecto original un aumento del número de bancos, que se instalarán junto a las zonas verdes y orientados hacia éstas; además, se retocará el ajardinamiento de la plaza para mantener aquellas especies en buen estado y eliminar las envejecidas, complementándolas con otras de nueva implantación. También se incrementará el número de árboles previsto –que era de 160 en todo el ámbito, 50 de ellos en la plaza–, se sustituirán los de la calle de Jordán, “que no han tenido un desarrollo saludable”, y se ajardinarán los alcorques del entorno.

Además, se reordenarán las calles ya peatonalizadas, disminuyendo el espacio que podían utilizar los vehículos autorizados, ya que “en la actualidad era tan ancho que permitía un aparcamiento en doble fila”, señaló González Taboada en el último Pleno de distrito.

En la calle de Trafalgar se modificará la sección en su acceso al paso inferior para ampliar los espacios peatonales, y se instalarán jardineras en los extremos, con la intención de reducir el impacto visual del tráfico desde la plaza, mediante su ocultación a través de la vegetación elegida. Por otro lado, se prevé instalar una estructura textil para dar sombra en la zona infantil más soleada, que permita su uso incluso en las horas más calurosas de la época estival. En cuanto a las fuentes de agua potable, se eliminará la existente en la plaza para evitar filtraciones en el aparcamiento y se instalarán nuevas en los accesos a las áreas infantiles.

En cuanto a la calle de Hartzenbusch, el concejal-presidente ha expuesto que “se ha atendido a la preocupación vecinal” y “para que no haya terrazas”, se optará por una solución de “tráfico de coexistencia y prioridad peatonal también en la calzada”, además de una ampliación de aceras para convertirlas en accesibles. En esta vía se mantendrá una banda de aparcamiento con varias plazas para personas con movilidad reducida y una línea de arbolado.

Por último, la modificación también incluye otros cambios técnicos, como el forrado de los petos de acceso al paso inferior con costeros de granito, o ligeros cambios en el mobiliario, la fuente ornamental o el saneamiento.

“Réplicas” sin relación con el barrio

Además, la reforma de Olavide ha traído una polémica en las últimas semanas, por la retirada de las farolas de tipo fernandino y su sustitución por unas más modernas y de “mayor eficiencia energética”. Un reemplazo criticado por la Asociación Vecinal El Organillo, que califica de “despropósito” el cambio de las farolas “históricas”, por otras “completamente inapropiadas” para el entorno y la plaza. Pilar Rodríguez, portavoz de la entidad vecinal, expuso durante el Pleno que “el cambio nos parece una paletada que no mejora la luminosidad de la plaza, porque además las nuevas se están instalando en medio del arbolado, de forma que cuando salgan las hojas no se va a ver la luz”.

En su respuesta, González Taboada explicó que, pese a que las farolas fernandinas se instalaron en 1832 en zonas del Centro, como Bailén o la Plaza de la Armería, las retiradas en Olavide eran “réplicas” colocadas en una de sus últimas reformas y, “por tanto, corresponden a una actuación reciente y no tenían ninguna relación con el lenguaje arquitectónico de los edificios que rodean la plaza –cuya configuración actual es de 1974–, ni con su entorno, ni con el ensanche de Madrid”. Además, informó de que estas réplicas se restaurarán para servir de reposición en zonas del centro histórico, “donde su lenguaje sí se corresponde con el entorno patrimonial”.

Sobre los nuevos modelos instalados, que ya iluminan calles como Ortega y Gasset o Gran Vía, el concejal-presidente señaló que “cuentan con tecnología led, un sistema mejor de difusión de luz y una temperatura de color más agradable al ojo humano. Además, su uso supone un ahorro energético y una durabilidad considerablemente mayor, al tiempo que una mínima presencia en el paisaje”. 

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