Francisco de Quevedo, la estatua centenaria que llegó desde Alonso Martínez

Monumentos de Chamberí (XV)


Francisco Gómez de Quevedo Villegas y Santibáñez Cevallos, famoso escritor y político del Siglo de Oro, nació el 14 de septiembre de 1580 en Madrid y murió a los 64 años en Villanueva de Los Infantes, Ciudad Real. Reconocido como uno de los más notables poetas de la literatura española, fue también caballero de la Orden de Santiago y señor de Torre de Juan Abad.

La estatua, ejecutada por el escultor tortosino Agustín Querol Subirats (1860–1909) y consagrada al insigne escritor, fue erigida en 1902 por el Ayuntamiento de Madrid dentro del programa ideado por el alcalde Alberto Aguilera para conmemorar la jura del rey Alfonso XII al cumplir la mayoría de edad,  junto con las de Agustín Argüelles, Bravo Murillo, Francisco de Goya por Mariano Benlliure, José de Salamanca y Lope de Vega; quedaron sin realizar las proyectadas a los dramaturgos Ramón de la Cruz y Leandro Fernández de Moratín, y al arquitecto Ventura Rodríguez.

Aunque el presupuesto previsto para cada una ascendía a 35.000 pesetas –que se aumentarían en 5.000 más si era necesario–, la estatua de Quevedo, encargada directamente a su escultor, se erigió originalmente en la Plaza de Alonso Martínez y costó 65.000 pesetas a causa del elaboradísimo pedestal escultórico de piedra caliza con bajorrelieves y figuras alegóricas, obra también del propio Querol, que fue causa probable de los retrasos en su ejecución, por lo que el 5 de junio de 1902 sólo pudo ser inaugurada provisionalmente con un modelo en yeso ocupando el lugar de la estatua definitiva, y volviendo a ocultarse con vallas hasta el 22 de octubre, en que se remató el conjunto. No obstante, nunca se instalaron los cuatro bajorrelieves de bronce alusivos a obras de Quevedo que debían ocupar los recuadros dejados expresamente para ellos en la parte baja del pedestal, como se deduce de las inscripciones que los coronan.

En 1963 por motivos de tráfico, la escultura se trasladó a una isleta ajardinada en la glorieta dedicada al propio Quevedo –donde hasta entonces se alzaba el monumento al Dos de Mayo de Aniceto Marinas, que se reubicó en los jardines de Ferraz. Hacia el año 2000 se volvió a remodelar la plaza, recreando una rotonda central donde se instaló la escultura como remate de una fuente monumental formada por una meseta suavemente escalonada por la que se desliza el agua que brota bajo aquélla a un estanque circular punteado de pequeños surtidores.

La escultura de mármol blanco de Carrara mide tres metros de altura y muestra la figura de Francisco de Quevedo de pie con la Cruz de Santiago, portando en la mano derecha las hojas de un libro y sus característicos quevedos, y con la mano izquierda apoyada en la empuñadura de la espada. Se encuentra sobre un pedestal hecho con piedra caliza de Novelda, decorado con cuatro esculturas alegóricas que representan la Sátira, la Poesía, la Prosa y la Historia.

El escultor

Agustín Querol 1860-1909) es autor de otras muchas obras en Madrid, como el monumento a Claudio Moyano al comienzo de la Cuesta que lleva su nombre, los mausoleos de Cánovas del Castillo en el Panteón de España –antes llamado de Hombres Ilustres– y de la familia Guirao en la Sacramental de San Isidro, los grupos escultóricos que rematan el Ministerio de Agricultura o el inmenso grupo alegórico que decora desde 1903 el frontón de la Biblioteca Nacional.

Monumento a Quevedo
Autor: Agustín Querol Subirats
Año: 1902
Glorieta de Quevedo, 1
Barrios: Trafalgar y Arapiles

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