“Necesitamos voluntarios para paliar la soledad de los mayores y de las personas sin hogar”

La ONG Solidarios para el Desarrollo cuenta sus programas de ayuda


“Solidarios para el Desarrollo es una ONG de personas voluntarias, que dedican un par de horas a la semana a hacer voluntariado en diversos programas, con cuatro colectivos diferentes: personas mayores, con problemas de salud mental, personas sin hogar y en prisiones”. Así define Corina Mora Torrero, responsable de Comunicación en Solidarios, la labor social de esta asociación, que nació hace más de 30 años en la Facultad de Ciencias de la Información de la Universidad Complutense de Madrid, de la mano del profesor José Carlos García Fajardo. En la actualidad, su sede se encuentra en Chamberí, en la calle de Donoso Cortés, 65.

La misión de Solidarios para el Desarrollo es que las personas en situación de vulnerabilidad no estén excluidas de la sociedad. “Aquí se les acompaña y trata de igual a igual, además se trabaja para que refuercen su autoestima y puedan tener más capacidad para tomar decisiones y sentirse mejor”, explica. Aquellos que quieren ser voluntarios reciben una formación continua y específica. En este sentido, señalan que siempre hacen falta voluntarios y que en estos momentos son sobre todo necesarios para paliar la importante demanda de personas mayores en situación de soledad o para personas sin hogar.

Dos millones de mayores, solos

Y es que los últimos datos ofrecidos por el Instituto Nacional de Estadística muestran que son más de dos millones las personas mayores de 65 años que viven solas; el 72 % son mujeres. La respuesta de la ONG es que cada voluntario que forme parte del programa de mayores dedique dos horas a la semana a acompañarlos en casa o a dar un paseo. Asimismo, cuentan con la iniciativa ‘Convive’, a través de la cual una persona mayor comparte una vivienda con un estudiante universitario y aprenden el uno del otro. “Con las personas en situación de calle la atención es directa, con rutas que se realizan por la noche y en las que se comparte un café, con la excusa de charlar y combatir la soledad. También contamos con espacios de encuentro a través de actividades relacionadas con el arte, en donde se busca que las personas sin hogar puedan socializar”, cuenta Corina Mora.

Por otro lado, el programa para las personas que tienen un diagnóstico de enfermedad mental está pensado para que éstas se relacionen. Se trata de grupos de ocio y cultura con voluntarios. Organizan salidas los fines de semana al cine, a ver una exposición, tomar algo... Por último, el voluntariado en prisiones tiene lugar los sábados, a través de un aula de cultura en el que un invitado aborda un tema distinto cada vez y, además, se llevan a cabo talleres de escritura, pintura o filosofía. “De esta manera, las personas que están privadas de libertad no lo están del acceso a la cultura y a la información”, concluye la responsable de Comunicación de esta ONG. 

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