Esperanza y recelos con la nueva ordenanza de terrazas

Desde el pasado 1 de febrero la capital cuenta con una nueva Ordenanza sobre Terrazas que aspira a racionalizar la proliferación de veladores impulsada durante la pandemia y que ha enconado la relación entre los propietarios de los establecimientos y los vecinos residentes en varias zonas “conquistadas” por la hostelería en el distrito. El Ayuntamiento de Madrid estima que la nueva normativa –el tercer proyecto que la coalición de Gobierno aprueba apoyándose en el Grupo Mixto de Recupera Madrid– aligerará más de 2.000 ampliaciones llevadas a cabo desde 2020. Ese mismo día, la vicealcaldesa, Begoña Villacís, anunciaba que ya se estaban “retirando mesas para volver a la huella original”, si bien advertía de que se daría un plazo de unos días para que los hosteleros pudieran adaptarse a la modificación de la ordenanza.

Bastaba no obstante dar un simple paseo por Gaztambide para corregir el optimismo de la vicealcaldesa. El nuevo texto aboca a la desaparición de hasta 24 terrazas en este barrio y Azca, ambas Zonas de Protección Acústica Especial, pero la mayoría de hosteleros no parecían darse por aludidos –como anticipaban desde la Asociación Vecinal El Organillo–, pese a que el Ayuntamiento asegura que se les envió una carta sobre el cambio de normativa.

La ordenanza absuelve a las terrazas ubicadas en bandas de aparcamiento, que aún podrán funcionar dos años más, salvo aquellas situadas en las citadas ZPAEs, mientras que, en aquellas Zonas Ambientalmente Protegidas o “saturadas” –el caso, entre otras, de Ponzano–, deberán en principio reducir elementos y ocupación en los casos que supongan más de un 40% de las plazas de aparcamiento de la vía. El texto ajusta algo más la calificación de “zonas saturadas” como aquellas con una alta ocupación del espacio, elevado tránsito peatonal y áreas próximas a residencias o centros asistenciales, si bien su definición completa aún deberá concretarse del todo.

Más allá de la hostelería, el último mes dejó noticias positivas en Chamberí como los acuerdos unánimes en el Pleno para solicitar la retirada del vallado que vela la espléndida Fuente de Lozoya, “un pedazo de historia del distrito”, como se definió en la iniciativa de Más Madrid, o la próxima instalación de una placa conmemorativa en la que fuera vivienda del maestro del “fantaterror” Paul Naschy, al fin un homenaje aprobado sin reparos de ningún grupo municipal.

En el lado negativo, inquieta el incremento de robos en viviendas de Chamberí mediante el mismo modus operandi y presuntamente atribuibles a una misma banda, conocida como el clan de las ‘Top Models’, cinco de cuyos miembros habrían sido detenidos por la Policía en el último mes, así como un total de 16 en menos de un año.

Para terminar, hace unos días el Estadio de Vallehermoso volvió a servir de ambientación para la presentación de los planes deportivos municipales, esta vez relacionados con la capitalidad mundial del deporte que acogerá este año nuestra ciudad. La cita, no obstante, sólo desveló una prueba a disputar en el flamante recinto –el Campeonato de Atletismo Adaptado, del 5 al 8 de mayo–. Un programa escaso para tan magno escenario que haría bien el Consistorio en aprovechar deportivamente, más allá de utilizarlo para sus presentaciones promocionales.

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