Homenaje a Pilar Rodríguez, una de las voces más reivindicativas de Chamberí

Es una de las 32 ‘Mujeres haciendo barrio’, libro que acaba de publicar la FRAVM


Pilar Rodríguez es una de las 32 mujeres a las que la Federación Regional de Asociaciones Vecinales de Madrid (FRAVM) homenajea en el libro ‘Mujeres haciendo barrio’. Y es que esta vecina de Chamberí, y miembro de la Asociación Vecinal El Organillo, lleva en el movimiento desde los años 70, y siempre ha estado en primera línea. “Estoy muy agradecida y emocionada, porque no tenían que haberme reconocido, ya que hay otras mujeres que han hecho mucho más que yo por el movimiento vecinal, aunque también es cierto que me reconocen el haber estado dando la cara y esto es muy importante para mí”, comenta a este periódico, al ser preguntada por su trayectoria en los movimientos sociales.

La también portavoz de El Organillo nació en una aldea de León, pero con 18 años se trasladó a Madrid, donde vivió primero en Chamberí y más tarde en Getafe y San Blas. “Por aquel entonces los barrios estaban por construir y los movimientos vecinales eran muy potentes, así que me metí de lleno en estas asociaciones”, continúa. Además, se implicó en Comisiones Obreras, motivo por el cual fue despedida en 1973 de una fábrica de metalurgia de Getafe –la Guardia Civil la sacó con una ametralladora–, y también formó parte del tristemente célebre despacho laboralista de Atocha.

“Las asociaciones hicimos los barrios”

Aunque Pilar no regresó a Chamberí hasta los años 90, ya formaba parte de El Organillo desde sus inicios, a mediados de los años 70: “La sede de Comisiones Obreras estaba en Chamberí, y enlacé todo. Igualmente me impliqué en la Asociación de Mujeres de Chamberí y en los años 80 dábamos clases de alfabetización o hacíamos jornadas sobre los derechos de las mujeres, a las que venían mujeres de todo Madrid y de pueblos. Se puede decir que he puesto todo lo que tenía en el movimiento vecinal y feminista”.

Pilar tiene claro que los barrios se levantaron, a pesar de la represión franquista, gracias a los movimientos vecinales. Las tertulias y ayuda entre vecinos dieron un paso más y salieron a las calles para reivindicar unas condiciones de vida dignas: alumbrado público, colegios, suministro de agua, asfaltado de las calles... “Actualmente, los movimientos vecinales se mueven en momentos puntuales, pero antes atendían todos los frentes. Ahora las instituciones recogen lo que tiene que ser su trabajo, que es atender a la gente, pero tenemos que seguir reivindicando para no perder los derechos conseguidos”, explica.

Problemas en el distrito

Por ello, Pilar anima a los vecinos de Chamberí a sumarse al movimiento vecinal y participar en la vida comunitaria del barrio. “Tenemos que empezar interesándonos por nuestro vecino: es bestial que alguien se muera y nadie se entere hasta pasado un tiempo. El mundo no puede funcionar si no nos preocupamos desde lo pequeño, y podemos empezar por nuestra escalera, el centro de mujeres, el centro cultural o de mayores… Tenemos que ser responsables e implicarnos”, alega la veterana de El Organillo.

Asimismo, tiene claro que Chamberí es el mejor distrito de Madrid para vivir, por su vida de barrio en algunas zonas. Eso sí, deja claro que en la actualidad el distrito tiene problemas de pobreza, viviendas sin ascensor en edificios antiguos en los que vive gente mayor, maltrato, contaminación ambiental exacerbada, contaminación acústica por las masivas terrazas de la hostelería nocturna y desigualdad provocada por la no intervención en el precio de la vivienda o los alquileres. Por último, Pilar recuerda que: “Gobierne quien gobierne en el distrito, desde El Organillo vamos a seguir reivindicando mejoras para los vecinos”.


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