Su cofundadora en España, Sonia Alonso, afirma que trajo la idea de Berlín, en Alemania, donde se ubica la matriz y la aplicación está en marcha desde 2015. Actualmente “existe mucha individualización y ya no se comparte con los que tenemos al lado”, por lo que esta aplicación pretende ser una “herramienta para romper el hielo” y así poder ayudarse, conocerse y volver a unir a la gente.

La metodología es sencilla: organizan las ciudades en vecindarios de 3.000 a 6.000 hogares y verifican las direcciones para asegurar que todos los usuarios son vecinos de verdad, evitando así la entrada de personas no residentes o de troles. Una vez que la aplicación aprueba la entrada, cada usuario tiene acceso a su vecindario y a los colindantes, para poder ampliar o reducir el margen de actuación en las relaciones. Chamberí se divide en 13 vecindarios, con lo cual, los habitantes del distrito pueden acceder, ver las novedades y leer los mensajes y notificaciones de las personas que están a su alrededor.
El alquiler de pisos, la venta de objetos en mercadillos organizados, el servicio de canguro, limpieza del hogar y cuidador de mascotas, o las recomendaciones como un fisio, una pastelería o el mejor veterinario del barrio son los comentarios más habituales que escriben los vecinos. En este momento, en España hay casi 40.000 usuarios activos en ¿Tienes sal?, de los que 1.914 están registrados en Chamberí.
No obstante, además de la oferta de servicios o la búsqueda de sugerencias, cada vez existe más movimiento entre vecinos que organizan actividades con las que relacionarse. Para ello, muchos contactan y se unen a grupos con distintos intereses: hablar inglés, practicar running, ir a tomar unas cañas para conocerse e incluso, como detalla Alonso, “hasta el mes de diciembre había un grupo de estudiantes que se juntaba para ir a la biblioteca a estudiar”.
Desde la organización animan a la gente a registrarse con su nombre y apellido para transmitir más seguridad al resto de vecinos. “Nos hemos metido en un clima de desconfianza, pero si conoces a los que están al lado la desconfianza se pierde”, dice la cofundadora, para quien el fin de la aplicación es “que la gente vuelva a contactar con los que viven más cerca”. En definitiva, una app para hacer barrio.
Isabel Garrido
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