El 5 de mayo se celebra el Día Mundial de la Higiene de Manos. Una iniciativa promovida por la Organización Mundial de la Salud (OMS) para recordar a los profesionales sanitarios la importancia de este gesto simple, pero esencial en la prevención de infecciones. Bajo el lema “Salva vidas, límpiate las manos”, se resalta el impacto positivo de la higiene de manos en la seguridad y el control de enfermedades infecciosas.
En el siglo XXI, Semmelweis descubrió la importancia de la higiene de manos en su trabajo en paritorios, salvando a muchas madres de la muerte. Es una de las medidas más efectivas para evitar la transmisión de microorganismos patógenos. A pesar de su eficacia comprobada, no se realiza bien. En la población es fundamental esta práctica como habito diario y así entre todos poder disminuir la propagación de muchas enfermedades.
Profesionales sanitarios y población debemos adoptar esta práctica como un hábito diario. Lavarse las manos con agua y jabón con pH neutro o ligeramente ácido o soluciones hidroalcohólicas, antes y después de terminar el trabajo, después de ir al baño, antes y tras comer, y al llegar a casa, ayuda a reducir significativamente la propagación de enfermedades gastrointestinales, especialmente entre los niños, adultos mayores y población con enfermedades crónicas que pueden ser muy vulnerables.
Si la higiene de manos se realiza con agua y jabón, el tiempo empleado debe ser de entre 40 a 60 segundos, y si se usa solución hidroalcohólica en vez de agua y jabón, el tiempo dedicado es entre 20-30 segundos.
La higiene de manos con agua y jabón siempre y en manos sucias o visiblemente contaminadas con restos biológicos: en estos dos casos no se usa gel hidroalcohólico.
“Guantes cuando esté indicado, Higiene de Manos siempre”, es el lema del 2025. Ayudando a disminuir la contaminación ambiental de restos de guantes. Llevar guantes no exime de la higiene de manos. Siempre tiene que hacerse un correcto lavado de manos
La generalización de la higiene de manos disminuye la contaminación entre personas cuando se dan las manos, agarran manillas o balaustradas, tocan animales, visitan enfermos, se suenan la nariz, tosen, estornudan, cambian pañales, manipulan paquetes o correo.
La higiene de manos se realiza frotando palma contra palma, dorsos de ambas manos, rotación y entrelazado de dedos, así como pulgares. Poco tiempo y técnica sencilla que salva muchas vidas.
La higiene de manos es una herramienta poderosa, individual, económica y accesible para proteger la salud pública en la prevención y control de infecciones. Un correcto lavado de manos evita ingresos hospitalarios y disminuye el consumo de antibióticos innecesarios.
“Salva vidas, Límpiate las manos”, y colabora con la medida más eficaz y barata para prevenir enfermedades. Únete a este fácil y sencillo lema.
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