Síndrome posvacacional

El verano se acaba y eso significa la vuelta a la rutina. Esto puede resultar un poco duro, teniendo en cuenta que, durante las vacaciones, entramos en un periodo de desconexión en el que, además, cambiamos nuestros hábitos diarios.

Hay quien incluso puede llegar a sufrir el denominado síndrome posvacacional, que se suele manifestar con cuadros de bajo estado de ánimo, ansiedad, angustia, irritabilidad, inquietud, inseguridad, dificultades en la concentración y los ritmos de sueño (tanto por defecto como por exceso)… y en ocasiones pueden aparecer síntomas depresivos, como apatía, falta de interés, de motivación y otros similares. 

A nivel físico, algunas de las somatizaciones que pueden aparecer son cansancio, falta de apetito, sudoración, náuseas y otros problemas estomacales. Estos síntomas desaparecen al regularizar los horarios de trabajo y descanso, con lo que se trata de un malestar pasajero que no suele durar más de una semana o 15 días. Si se alargase este síndrome podría derivar en un trastorno adaptativo o un trastorno afectivo estacional. Según la SEMYFC (Sociedad Española de Medicina y Familia Comunitaria), afecta al 40 % de la población; hombres y mujeres, en proporción similar, más frecuente entre 40 y 45 años.

Consejos para la vuelta de las vacaciones

En primer lugar, se debe desconectar para reconectar. Es importante darse un tiempo de desconexión absoluto para poder volver al trabajo con ganas.

Otro de los aspectos fundamentales es recuperar el ritmo de sueño. En verano es habitual trasnochar o dormir hasta tarde. Por eso, es importante retomar horarios de sueño unos días antes de la vuelta de las vacaciones, para que el cambio no sea tan radical.

Unido a esto, también se deben retomar las costumbres poco a poco, ya que tener rutinas establecidas ayuda a adaptarse al trajín diario.

Hacer deporte y mejorar los hábitos nutricionales es una de las actividades más complicadas de cumplir. Durante los días vacacionales es normal que se descuide la comida saludable, por ello, la vuelta a la rutina tiene que ayudarte a retomar los buenos hábitos alimentarios. Algo que se puede completar con la vuelta al deporte, que, además, ayuda a mantener a raya los niveles de estrés, a recuperar energía, vitalidad y mejorar el estado de ánimo. 

Por último, se debe mantener una actitud positiva, dedicando tiempo ya sea para el autocuidado o para hacer alguna actividad que nos apasione, además de seguir haciendo planes durante el tiempo libre. 

Noelia Calvo Sanz
Enfermera CS Eloy Gonzalo

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